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1 de mayo, 2013
Los restos de Buda: misterio sin resolver

Foto: National Geographic Charles Allen, escritor y especialista en historia de India, junto con Harry Falk, especialista en idiomas de ese país, encabezaron una expedición para hablar en torno a esta incógnita para el programa de televisión Los huesos de Buda.

México • Buda recomendó alguna vez: “No te obsesiones con el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el momento presente”. Sin embargo, grande es el interés en el mundo de historiadores, filósofos, estudiosos de las religiones, arqueólogos y público en general por conocer el destino final del sabio fundador del budismo.

Dónde está enterrado Buda es una interrogante que no ha sido aclarada, si bien en 1898 se localizó en India, en la propiedad de William Pepe, un lote con mil 600 joyas preciosas, fragmentos de huesos, cenizas y una inscripción que, se supo después, advertía que se trataba de los huesos de Buda. Charles Allen, escritor y especialista en historia de India, junto con Harry Falk, especialista en idiomas de ese país, encabezaron una expedición para hablar en torno a esta incógnita para el programa de televisión Los huesos de Buda.

El documental —que se transmitirá el sábado 11 de mayo a las 21:00 horas en el canal National Geographic—, además de entrevistas con los especialistas, hace algunas recreaciones de este episodio de la historia que ha fascinado a muchas generaciones. En una entrevista colectiva con varios periodistas de América Latina, Allen dice que es muy difícil responder a interrogantes como si en efecto los restos son de Buda, porque la noción de historia en India es muy diferente a la de Occidente: “Para la gente de India la historia es una cuestión de teología, de dioses y diosas. Cuando los británicos fueron a India, conocieron su historia a través de los musulmanes, quienes tenían muy buenos historiadores, pero no había concepto de historia antes de eso. Estaban los grandes monumentos, pero ningún conocimiento sobre ellos”.

El historiador sostiene: “En Europa llamamos orientalistas a quienes se interesan en India o el sur de Asia. Ellos descubrieron que Buda venía de India, que había habido una tierra budista y que había habido un gran emperador Ashoka, que había desparecido de la historia. Una de las contribuciones de los orientalistas fue redescubrir esta historia temprana”.

A fines del siglo XIX toda la historia del budismo y de Ashoka había sido redescubierta, agrega Allen. “Solo había que buscar en los mapas los lugares donde Buda había nacido y había muerto. Aquí entra en escena la familia de Pepe: venían del otro lado de la moneda, eran lo que llamaríamos los explotadores de India. Tenían un enorme terreno de 50 mil acres, donde solo vivían algunas tribus, lo que convirtieron en una gran propiedad”.

Uno de los miembros de la familia realizó algunas excavaciones en 1898 en un monte, donde encontraron los tesoros, reliquias y los supuestos restos de Buda. Allen indica que “los académicos dicen que murió hacia 410 a.C. Cuando murió hubo una discusión en torno a sus huesos y cenizas. Al final se decidió que se dividirían en ocho porciones, y una de ellas fue entregada a su propia familia, que vivía a los pies del Himalaya. Fue enterrado de manera muy sencilla, cubierto de flores. Ciento ochenta años después llegó el emperador Ashoka, que se convirtió al budismo y también quería convertir a su país, y por ello quería desenterrar estas ocho porciones para redistribuirlas en todo el país en muchos entierros. Se dice que fue capaz de abrir siete de los ocho”.

Ninguno de los entierros ha sido encontrado en nuestros días, advierte el especialista, salvo el que se localizó en la propiedad de Pepe, donde “había esta caja, acompañada por una inscripción: ‘Estos son los restos de Buda, dejados por sus hermanos y hermanas’. ¿Es una inscripción auténtica o una falsificación? Lo que sí podemos decir de esa inscripción es que no fue escrita en tiempos de Buda, porque no había escritura en la India en esa época, sino hasta el año 260 a.C., más de siglo y medio más tarde. Puedes ver el salto en el tiempo, así que queda la pregunta de si esta inscripción es genuina o no”.

Sobre lo que se encontró en 1898, Allen refiere que “hay una cantidad sorprendente de joyas, 400. Nunca se ha encontrado algo así en India; es como si fuera un sarcófago egipcio. La inscripción de la que hablamos es la única que se ha encontrado en toda esa parte de la India, no hay otra a cientos de millas. Las joyas que he podido ver son hermosas, exquisitas. En 1970 los arqueólogos volvieron a esta zona y excavaron más hondo, para encontrarse con otro nivel con más de estas reliquias, iguales a las que se habían encontrado antes, pero también con dos platos de cerámica. En el programa tratamos de contestar si la inscripción es genuina y qué sucedió allí, como se explica el que hubiera estos dos niveles”.


Fuente: http://www.milenio.com/

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