Dar ofrendas a los recintos es una práctica importante dentro del Budismo tradicional: En estos 3 artículos se exploraran el significado de las respectivas ofrendas y la forma en que las llevan a cabo dentro de las tres corrientes principales del budismo de Oriente.
Ofrendas en el Budismo tardío: el Mahayana
En el Budismo Mahayana encontramos que las ofrendas se dividen en dos grupos: ofrendas interiores y ofrendas exteriores.
Las ofrendas interiores se representan por medio de los cinco sentidos, mientras que las exteriores se representan por medio de los siete (u ocho) regalos que se ofrecen al invitado de honor de acuerdo con la tradición india.
Ofrendas interiores
Los cinco sentido físicos son: la vista, el oído, el olfato, el
gusto y el tacto. Cada sentido es representado por un objeto en particular
que se coloca sobre el recinto:
la vista por medio de un espejo, generalmente redondo y hecho de metal
el
oído con un pequeño par de platillos o con una campana
el
olfato por medio de una varita de incienso
el
gusto con un pastel de sacrificio hecho de masa
el
tacto por medio de un rollo de seda.
En ocasiones se añade una sexta ofrenda, que es la página de un texto de las escrituras. Éste representa el sexto sentido de la mente. Es fácil apreciar el significado de estas ofrendas.
Significado de los seis sentidos siendo ofrendados
Cuando observamos los objetos en el recinto que representan
los sentidos recordamos que los sentidos deben estar dedicados al logro de
la Iluminación. Debemos dedicar nuestra persona en todos sus niveles al logro de la Iluminación;
no sólo la mente.
Ofrendas exteriores
Invitados de Honor en la India
Los siete regalos que se ofrecen a invitados de honor en India son:
agua para beber
agua para lavarse los pies
flores
incienso
lámparas
perfume
comida
Algunas veces se añade musica como un octavo regalo.
Significado de las ocho artículos ofrendados
Estas
siete u ocho ofrendas exteriores del Mahayana se
basan en una antigua costumbre India: supongamos que alguien viene a visitamos, ¿cómo le recibiríamos?
¡Agua…, mucho agua!
Cuando
alguien llega, tras haber viajado quizás una gran distancia y a pie,
bajo el pleno rayo del sol, el invitado se sentirá sediento; así lo
primero que se le ofrece es agua para beber. Del mismo modo si la persona llegó a
pie, quizás caminando descalza, sus pies estarán llenos de polvo;
por tanto le ofrecemos agua para lavarse los pies. Esta costumbre aún
perdura en India.
Flores
Al
invitado se le agrada con flores incluso guirnaldas.
Incienso
Luego,
tras unos minutos, encendemos una varita de incienso para crear una atmósfera
agradable y para ahuyentar los mosquitos.
Velas
or
lo general, en la India, los invitados se quedan un rato muy largo. No
es concebible que tan sólo hayan venido por una o dos horas, es de esperar
que se queden por lo menos un día entero, si no es que una
semana o un mes. La gente
allí es realmente hospitalaria. Así pues, el invitado pasará la
noche allí; de modo que encendemos unas velas.
Agua aromática
Tras
esto rociamos a nuestro invitado con agua aromática -quizás agua
de rosas-, pues al final del día en un clima caliente ello resulta muy
confortante.
Comida
Una
vez que se encuentra relajado y que se ha recobrado del viaje, le
servimos comida. En la India el invitado se sienta a solas; el anfitrión no come con él,
como en Occidente, ya que está demasiado ocupado atendiéndole;
incluso todos los miembros de la familia también se encuentran a su servicio.
El invitado se sienta en medio y todos lo complacen con platillos y manjares.
De esta forma se le atiborra de comida (no hay otra palabra para describirlo
porque dan mucha comida)
Musica
Cuando ha terminado de comer, si el anfitrión tiene una hija, ella tocará la
cítara. Ésta es la forma en que, aun en la actualidad, se recibe
a un invitado en la India.
Equivalentes de estas ocho ofrendas en cada cultura
Todas estas ocho ofrendas pueden sonar un poco exóticas y orientales
pero existen equivalentes y similitudes con nuestras costumbres contemporáneas
en Occidente. De igual manera nosotros en nuestra cultura, si alguien
viene a vemos, le recibimos amablemente (aunque lamentablemente no con tantas
atenciones). Le ofrecemos un vaso de agua, una taza de té o un cigarro.
Puede que no le ofrezcamos agua para lavarse lo pies, pero quizás le
ofreceremos la oportunidad de lavarse las manos. Puede que no prendamos una
vela, pero encenderemos la luz; y después, obviamente, le ofreceremos
algo de comida. Contamos con un estilo propio de recibir una visita.
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