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Vasubandhu: una luz del mahayana


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Un autor muy versátil
Vasubandhu fue un hombre con un aprendizaje inmensamente profundo y diverso. Entre las obras que se le atribuyen figuran poesía religiosa, fábulas, comentarios sobre los sutras y tratados independientes, tanto en prosa como en verso. Trata temas que tienen que ver con lógica, psicología, la historia del canon budista, medicina y meditación. Debido a la enorme amplitud de su dominio no es de sorprender que lo encontremos en el linaje mítico de los maestros de estilos tan aparentemente diversos como el zen y el budismo de la Tierra Pura.

Alumno brillante del Tripitaka
Un día su madre lo exhortó: “Hijo, tú no naciste para ejecutar trabajos mundanos o criar una familia, sino para propagar el budadharma. Te suplico que te ordenes como monje y estudies el Tripitaka. Esfuérzate por el budadharma”.

Así que Vasubandhu recibió la ordenación y estudió el Tripitaka sarvastivadín, sorprendiendo a sus maestros por la brillantez y la rapidez de su mente. Sin embargo, después de un tiempo decidió proseguir sus estudios en Cachemira (que entonces era un sitio propicio para adquirir un aprendizaje más ortodoxo que Purusapura, su lugar de nacimiento en el reino de Gandhara). Ahí debatió apasionadamente con los más avanzados maestros cachemires y refutó muchos de los puntos que ellos defendían, con lo que desarrolló una reputación considerable.

Su hermano Asanga lo induce a la sabiduría del mahayana
Mas llegó el día en que se sintió frustrado por el dogmatismo exageradamente intelectual de los maestros cachemires y retornó a Purusapura, donde vivió en una pequeña casa privada, subsistiendo con lo que le daban por hablar acerca del Dharma ante un público muy general. Esas conferencias habrían de publicarse más adelante, conocidas como su Abhidharmakosha.

Por esta época se encontró con algunas de las obras de su hermano Asanga, pero no pudo creer que fueran cosas que él hubiera escuchado decir al Buda Maitreya. “¡Pobre Asanga!”, pensó, “Durante doce años practicó la meditación en una cueva pero como no alcanzó el samadhi confeccionó tantas historias fantásticas que podría fatigar con esa carga al fuerte lomo de un elefante”. Asanga llegó a enterarse de ese comentario y decidió que era hora de tratar de que su talentoso hermano se abriera a las enseñanzas del mahayana. Entonces le pidió a uno de sus discípulos que memorizara el sutra Akshayamati-nirdesa y a otro que aprendiera de memoria el sutra Dasabhumika. Luego les pidió que fueran y recitaran esas escrituras cerca de la casa de su hermano menor, el primero a la media noche y el segundo al alba. Así lo hicieron.

Esa noche Vasubandhu oyó el sutra Akshayamati-nirdesa, en el cual un bodhisatva trascendental enseña a los seres del mundo acerca de la ausencia del propio ser, la ausencia de la existencia y la cesación y la ausencia de cualquier detrimento o excelencia en todos los dharmas. Vasubandhu quedó muy impresionado. Los principios lógicos del mahayana parecían estar bien fundados aunque parecía que no tenían práctica, “como una fruta que se deshace en la boca pero que no le aporta ninguna sustancia al estómago”. Sin embargo, cuando al amanecer oyó recitar el sutra Dasabhumika, que delinea el sendero del bodhisatva, pudo ver que el mahayana también tenía una práctica bien fundamentada y se sintió saturado de fe. “Es verdad que el mahayana es sublime, tanto en motivos como en efecto, ¡pero mi lengua lo ha insultado! ¡Tendré que cortármela!”. Entonces comenzó a buscar un cuchillo. Los dos discípulos de Asanga intervinieron pronto y le suplicaron, “por favor, ven con tu hermano. Él posee el método para la purificación de los actos torpes. ¿Cómo podría eliminarse la torpeza de tus acciones cortándote la lengua?”.

Vasubandhu trasciende sus dudas
Fue así que Vasubandhu visitó a Asanga y conversaron sobre el Dharma. Una y otra vez, Vasubandhu expresó sus dudas, pero Asanga no perdió la confianza y seguía respondiendo a sus preguntas. Al final, vencido por la claridad y la paciencia de su hermano, Vasubandhu le preguntó cuál era el secreto de su conocimiento. “Acudo a mi yidam con todas mis preguntas”, respondió Asanga “y son sus respuestas las que transmito”.

Las tres naturalezas
El Trisvabhava Nirdesha de Vasubandhu expone la doctrina yogachara de las “tres naturalezas”. Todo lo que puede ser conocido, cada objeto de cognición, se puede clasificar en alguna de estas tres naturalezas. El aspecto primordial, “la forma en que las cosas son en realidad”, es el paratantra-svabhava, la “naturaleza dependiente o condicionada” y es esto lo que en realidad existe. Sin embargo, en esencia, es un proceso mental. Lo que constituye a la conciencia es el flujo continuo de los eventos mentales mutuamente condicionados y condicionantes. Dicho de otro modo, es el origen dependiente visto desde la perspectiva de que sólo hay mente. Todos los elementos dentro de ésta “dependen” unos de otros para existir.

La naturaleza perfecta
No obstante, la mente que no está iluminada no lo puede entender. En cambio, crea la dualidad de la naturaleza falsa, la “imaginada”. Este parikalpita-svabhava es el tipo de existencia que por lo regular achacamos al mundo cotidiano. Éste es irreal y sólo tiene la existencia convencional que le proyectamos a partir de la actividad de nuestra mente no iluminada. Es el producto de la falsificadora actividad del lenguaje, que le atribuye una dualidad al flujo recíprocamente dependiente de los acontecimientos mentales. Si nos vemos como sujetos independientes que perciben un mundo externo objetivo nos “imaginamos” un mundo de fenómenos dualistas. Sin embargo, la mente iluminada ve las cosas como son en realidad. Percibe el parinispanna-svabhava, la naturaleza “perfecta” o “absoluta”. Ésta es la verdad de la que adolecen por completo todas las cosas en la dualidad.

Como el truco de un ilusionista
Vasubandhu ilustra estas tres naturalezas usando la metáfora del truco de un ilusionista:

Cuando por medio de un hechizo (mantra) se logra que algo aparezca con la forma ilusoria de un elefante (por ejemplo, de un pedazo de madera) es solamente la apariencia de la forma de un elefante, pero (el elefante) en realidad no es existente por todos los conceptos.

Aquí el aspecto imaginario es el elefante, el aspecto relativo o condicionado es su forma y se admite que la ausencia de un verdadero elefante es el aspecto absoluto.

Lo mismo sucede con “aquello que tiene una concepción irreal” (asatkalpa) y aparece en una forma dual proveniente de la percepción básica (mulavijñana). (Sin embargo) en realidad, ahí la dualidad no existe en absoluto, sólo parece que así es. (Trisvabhavanirdesa, traducción de Sujitkumar Mukhopadhyaya, Visvabharati, 1939, vv.27-30, p.55).

El modelo que siguen varias escuelas

Las diversas obras de Vasubandhu tuvieron un profundo impacto en el desarrollo del pensamiento budista mahayana, especialmente en China y Japón, donde se le considera un patriarca de las escuelas chan, zen y la Tierra Pura y donde Hsuan Tsang estableció su escuela fa-hsiang en torno a las principales enseñanzas de Vasubandhu.

Fuente: Teachers of Enlightenment, Kulananda, Windhorse Publications.