budismo.com Centro Budista de la Ciudad de México
      Aclarando los principios y las prácticas del Budismo en el mundo.

Los versos principales
de los seis Bardos

Ahora que el bardo del nacimiento despunta sobre mí,
abandonaré la pereza, para la cual no hay tiempo en la vida,
entraré sin distraerme por el camino del estudio,
la reflexión y la meditación
haciendo proyecciones, y atenderé al camino, y habré de realizar el triple kâya;
ahora que he alcanzado una vez un cuerpo humano,
no hay tiempo en el camino para vagar la mente.

Ahora que el bardo de los sueños despunta sobre mí,
abandonaré el sueño, semejante a una muerte, de ignorancia y desidia,
y haré que cobren sin distracción mis pensamientos su natural estado:
dominando los sueños, transformándolos, en luminosidad,
no dormiré como los animales,
sino unificaré completamente el dormir y la práctica.

Ahora que el bardo del samâdhi despunta sobre mí,
abandonaré la multitud de distracción y confusiones,
y reposaré en el estado sin límites exento de perturbación y de asimiento:
firme en entrambas prácticas: la visualización y la completa,
en este tiempo de meditación, concentrada, libre de actividad,
ya no caeré en poder de emociones confusas.

Ahora que el bardo del momento previo a la muerte
despunta sobre mí,
abandonaré todo asimiento, ansia y apego,

Cuando por intensa ignorancia en el samsâra yerro,
que en el resplandeciente camino de luz de la sabiduría del dharmadhâtu
el Bienaventurado Vairóchana camine ante mí,
tras de mí su consorte, la Reina del Espacio del Vajra;
me ayuden a cruzar el sendero peligroso del bardo
y me lleven al estado de Buda perfecto.

Cuando por intensa agresividad en el samsâra yerro,
que en el resplandeciente camino de luz de la sabiduría espectacular
el Bienaventurado Vajrasattva camine ante mí,
tras de mi su consorte Buddha-Lóchamâ;
me ayuden a cruzar el sendero peligroso del bardo
y me lleven al estado de Buda perfecto.

Cuando por intenso orgullo en el samsâra yerro,
que en el resplandeciente camino de luz de la sabiduría de ecuanimidad
el Bienaventurado Ratnasámbhava camine ante mí,
tras de mí su consorte Màmakî;
me ayuden a cruzar el sendero peligroso del bardo
y me lleven al estado del Buda perfecto.

Cuando por intenso deseo en el samsâra yerro,
que en el resplandeciente camino de luz de la sabiduría de discriminación
el Bienaventurado Amitâbha camine ante mí,
tras de mí su consorte Pândaravàsinî;
me ayuden a cruzar el sendero peligroso del bardo
y me lleven al estado del Buda perfecto.

Cuando por intensa envidia en el samsâra yerro,
que en el resplandeciente camino de luz de la sabiduría que cumple la acción
el Bienaventurado Amoghasiddhi camine ante mí,
tras de mí su consorte Sámaya-Târâ;
me ayuden a cruzar el sendero peligroso del bardo
y me lleven al estado del Buda perfecto.

Cuando por fuertes tendencias inconscientes en el samsâra yerro,
que en el resplandeciente camino de luz de la sabiduría innata
los guerreros Vidyàdhara caminen ante mí,
tras de mí sus consortes la hueste de las dàkinî;
entraré sin distracción en la clara percatación de la enseñanza,
y efectuaré la eyección de mi conciencia al espacio de la mente ingenerada;
al dejar este cuerpo compuesto de carne, [hueso] y sangre,
conoceré que es [solo] ilusión transitoria.

Ahora que el bardo de la Dhármatâ despunta sobre mí,
abandonaré todo pensamiento de temor y terror,
todo lo que aparezca lo reconoceré como proyección mía
y sabré que eso es [solo] una visión del bardo;
ahora que he alcanzado este momento decisivo,
no temeré a los apacibles ni coléricos; que son mis proyecciones.

Ahora que el bardo del devenir despunta sobre mí,
apuntaré mi mente en la concentración,
y he de esforzarme en prolongar los resultados del buen karma,
cerrar la entrada de la matriz y pensar en resistir;
este es el momento en que se requiere perseverancia y pensamiento puro,
abandonar los celos y meditar sobre el maestros.

Con la mente remota, sin pensar en la venida de la muerte,
entregado a estas actividades sin sentido,
volver ahora con las manos vacías seria completa confusión;
lo necesario es el reconocer, el santo dharma;

¿por qué entonces no practicar el dharma aquí y ahora?
De labios de los Buda vienen estas palabras:
Si no guardas en tu corazón las enseñanzas de tus maestros,
¿no haces de ti mismo tu propio embaucador?