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La tendencia a involucrarse
La segunda tendencia representa nuestra preocupación por los seres vivos. Pensamos: "Sí, me gustaría fugarme. Eso me parecería bien pero, ¿qué va a pasar con los demás? Hay algunos que no pueden sostenerse ni siquiera como yo me sostengo. Si les abandono ¿cómo saldrán adelante? Esta tendencia se ve ayudada por la "reflexión sobre el sufrimiento de los seres sensibles". En la tendencia a la retracción reflexionamos sobre los defectos de la existencia condicionada, tan sólo en la medida en que nos afectan, pero aquí, además, reflexionamos sobre cómo afectan a los otros seres vivos.

Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor, a la gente que conocemos, amigos y parientes y reflexionar sobre sus problemas. Puede que alguien haya perdido su trabajo y no sepa qué hacer. Puede ser que se haya desbaratado su matrimonio, que haya sufrido un ataque de nervios o que haya perdido a algún familiar. Si reflexionamos, nos damos cuenta que no hay una sola persona que conozcamos que no se encuentre sufriendo de una manera u otra. Incluso cuando son felices (en un sentido ordinario), éstas son algunas de las cosas a las que tienen que enfrentarse y que deben aguantar: la separación, la enfermedad, la debilidad, el cansancio de la vejez y, al final, la muerte, que ciertamente no esperan con ilusión.

Hay todo un mundo de sufrimiento
Si ampliamos el horizonte de nuestra mirada, podemos reflexionar sobre la cantidad de sufrimiento que hay en las diferentes partes del mundo. Hay guerras, catástrofes de varios tipos, como las inundaciones y las sequías. La gente algunas veces muere de forma horrible. Basta pensar en la Segunda Guerra Mundial, cuando mucha gente murió en campos de concentración. Si llevamos nuestra mirada más lejos aun y pensamos en la manera en que sufren los animales, no sólo a causa de otros animales sino también del hombre, entonces podremos ver cómo todo un mundo de seres vivos participa del sufrimiento.

Cuando reflexionamos así sobre el sufrimiento de los seres sensibles pensamos: ¿Cómo puedo preocuparme solamente en salir de todo esto e irme hacia un nirvana privado, que podría ser bastante satisfactorio para mí en lo personal, pero que no ayudaría a todos estos seres?

Escapar o involucrarse, ésa es la pregunta
Al pensar de esa manera experimentamos una especie de conflicto (si nuestra naturaleza es suficientemente grande como para abarcar las posibilidades del conflicto). Por una parte queremos salimos. Por la otra, queremos permanecer allí. La tendencia a la retracción está allí, igual que la tendencia a involucrarnos. Escoger cualquier alternativa resulta fácil. Es fácil retraernos y caer en un individualismo espiritual y es fácil permanecer y participar en una forma mundana. Mucha gente, de hecho, toma la solución fácil. Algunos escogen salirse, otros permanecer. Algunos se salen para caer en un individualismo espiritual; una experiencia espiritual privada. Otros permanecen en el mundo pero en términos puramente seculares, sin una perspectiva espiritual.

Lo que tratamos de explicar aquí es que, a pesar de ser contradictorias, ambas tendencias deben desarrollarse en la vida espiritual. Podemos decir que la tendencia a la retracción representa el aspecto de la sabiduría (prajña) de la vida espiritual y la tendencia a involucrarse representa el aspecto de la compasión (karuna) y ambos tienen que desarrollarse. Ese desarrollo unido debe apoyarse en lo que se conoce como "contemplación del Buda". Tenemos presente constantemente el ideal de la iluminación perfecta e incomparable; la iluminación por el beneficio de todos los seres sensibles, como se ejemplifica de la manera más perfecta a través de Gotama Buda, el maestro humano e histórico.

Las tendencias se funden

Lo que hay que hacer es evitar que la tensión entre las dos tendencias se relaje. A pesar de ser contradictorias, tenemos que perseverar en ellas simultáneamente. Tenemos que salir y permanecer dentro, ver los defectos de la existencia condicionada al mismo tiempo que experimentamos los sufrimientos de los seres sensibles, desarrollando tanto la sabiduría como la compasión. A medida que seguimos ambas tendencias de un modo simultáneo crece la tensión (que no es una tensión psicológica, sino espiritual). Crece hasta un punto en el que ya no podemos seguir más.

Cuando alcanzamos este punto algo sucede. Es difícil de describir, pero podemos intentarlo provisionalmente con la imagen de una explosión. Esto quiere decir que como resultado de la tensión que se genera al seguir las dos tendencias contradictorias de manera simultánea ocurre una ruptura en una dimensión superior de conciencia espiritual, en donde ambas, la de la retracción y la de la participación, dejan de ser dos, no porque se hayan amalgamado artificialmente en una, sino debido a que el plano dual donde existían o en el que era posible que fueran dos ha sido transcendido.

Los cuatro grandes votos del bodhisatva son la expresión del bodhichita
Cuando hemos progresado a tal grado tenemos la sensación de estar simultáneamente retraídos e involucrados; "fuera de" y "dentro de" al mismo tiempo. La sabiduría y la compasión han dejado de ser una dualidad (podemos decir que son "una", pero no en el sentido aritmético de "uno"). Cuando ocurre la explosión y por primera vez estamos, a la vez, retraídos y participando y notamos que la sabiduría y la compasión no son “dos cosas”, una junto a la otra, sino "una" cosa, entonces podemos decir que ha surgido el bodhichita. De acuerdo con la tradición budista, damos expresión a esta experiencia por medio de los "cuatro grandes votos" del bodhisatva. Primero, el bodhisatva promete liberar del sufrimiento a todos los seres (no sólo de las dificultades que tienen una naturaleza espiritual, sino también de las mundanas). En segundo lugar, hace el voto de destruir (dentro de su mente y, a través de su consejo, dentro de la mente de los demás seres) todos los obstáculos espirituales. En tercer término jura que aprenderá a dominar todos los dharmas, en todas sus formas y todos sus aspectos, para enseñar a otros. En cuarto lugar promete que ayudará de todas las maneras posibles a conducir a todos los seres rumbo a la perfecta e incomparable iluminación.

El Budismo: La enseñanza y su práctica, Sangarákshita

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