Los monasterios gelug y las etapas del “camino grande” y
el “camino tántrico”
Durante la vida de Tsóngkhapa sus discípulos fundaron en Lhasa
(la capital del Tíbet) o en sus alrededores tres grandes monasterios:
Ganden, Sera, y Drepung. Todavía existen aunque los invasores chinos
los han dañado seriamente. Antes de la ocupación china los monasterios
de Ganden y Sera albergaban cada uno cerca de 5,000 monjes. El de Drepung era
aun mucho mayor, con cerca de 7,000 monjes. Eran casi como ciudades monásticas.
Tsóngkhapa fue un prolífico autor. La colección oficial
de sus escritos abarca 16 grandes volúmenes. Sus dos obras principales
son el Lam rim chen mo y el Nga rim chen mo. Lam rim significa “etapas
del camino” (chen-mo significa grande). La obra es un estudio
del camino espiritual según la tradición mahayana. Explica minuciosamente
la práctica de los paramitas y otros temas y cita innumerables escrituras
budistas. El Nga rim presenta, asimismo, el camino tántrico,
es decir, el vajrayana. Estas dos obras, tan completas y sistemáticas,
son la base de los estudios guelug. Tsóngkhapa escribió también
una versión abreviada del Lam rim que, en la actualidad, la
estudian incluso los monjes, ya que la versión extensa es muy difícil,
abstrusa y técnica. Además, escribió varios comentarios
sobre las escrituras y una serie de bellas obras a las que se las da menor
importancia.
Una manifestación del Bodhisatva de la Sabiduría
Tsóngkhapa murió en 1419. En aquella época la orden guelug
y el movimiento que representaba ya se habían establecido y ocupaban
un sólido lugar en la vida religiosa del Tíbet. A partir de entonces
no sólo los guelugpas sino todas las escuelas empezaron a conmemorar
el aniversario de su muerte con un gran festival de luces. A medida que empieza
a oscurecer, la gente coloca hileras de pequeñas lámparas de
aceite o de mantequilla alrededor de cada casa, monasterio y templo, a lo largo
de los parapetos, en los tejados planos y en el alféizar de las ventanas.
Por toda la ciudad se aprecia el bello espectáculo de cientos y hasta
miles de lamparillas encendidas.
La fuerte personalidad, la vasta erudición, la capacidad organizativa y el talento espiritual de Tsóngkhapa dejaron una huella indeleble en el budismo tibetano. De hecho, se dice que es la manifestación de Mañjusri, a quien se vincula en especial con las enseñanzas de la Perfección de la Sabiduría. Las imágenes tibetanas representan a Tsóngkhapa con los atributos y distintivos de Mañjusri. Aparece como un típico santo erudito tibetano, sentado, cubierto con los hábitos monacales y portando su alto sombrero amarillo, pero de sus hombros nacen, como si fueran pequeñas alas, dos flores de loto. En una de ellas luce la espada flamígera de Mañjusri, que corta las cadenas de la ignorancia. En la otra se ve el libro de las escrituras de la Perfección de la Sabiduría.
Aficionados a los debates
A los guelugpas les gusta mucho el debate. Dos monjes, rodeados por varios
espectadores, sostienen una especie de discusión dialéctica.
Este ejercicio lo prescribe de manera estricta la tradición. Todas
las preguntas y respuestas se basan en sus libros de lógica y filosofía
y se acompañan con marcados ademanes. Los participantes pasan horas
o, incluso, días practicando esos debates y son examinados para valorar
su competencia en ellos.
Fuente: Sangharákshita
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