Veamos brevemente quiénes son las consortes de los cinco budas.
En el este Akshabya y su consorte Lochana
Entramos al mandala por el este y vemos a Akshobya, abrazando a su consorte
azul, Lochana. Su nombre significa “la que tiene el ojo”. Lo que
expresa es la visión clara de la sabiduría semejante a un espejo.
En el sur Ratnasambhava y su consorte Mamaki
En el sur, Ratnasambhava abraza a la amarilla Mamaki. El nombre de ella quiere
decir “hacerlo mío”. Ella percibe a todos los seres como
si fueran sus propios hijos, como si fueran parte de ella misma. Siente como
si todo el universo fuera suyo. Cuando uno posee su sabiduría lo ve
todo como si fuera “suyo”. Cuando todo es tuyo te interesas por
cada uno y así nace la sabiduría que todo lo iguala.
En el oeste Amitabha y su consorte Pandaavasini
En el oeste, Amitaba se funde en un abrazo con Pandaravasini, “la del
hábito blanco”. A veces se dice que ella es una de las formas que
adopta Tara Blanca. Asimismo, su hábito blanco supone la sonrisa del
Buda cuando sabe que alguien está experimentando la cuarta dhyana o está en
una absorción meditativa. Dice el Buda que en este estado uno se halla
como quien, en un día muy caluroso, toma un baño con agua fría
y luego se envuelve en un fresco manto blanco. El blanco refleja el sol e irradia
luz. De igual manera, en la cuarta dhyana tu mente se encuentra tan positiva
que su influencia es radiante e, incluso, puede afectar positivamente a quienes
te rodean y a todo tu entorno. Así que quizá Pandaravasini expresa
no sólo la sabiduría que discierne entre todas las cosas sino,
también, los aspectos de la experiencia de la meditación, con
la cual se relacionan especialmente Amitaba y su mudra dhyana.
En el norte Amogasiddhi y su consorte Tara
Verde
En el norte, la consorte de Amogasiddhi es la conocida Tara Verde. Su compasión
intrépida y su pronta respuesta a las necesidades de los demás
seres son la expresión de la sabiduría que todo lo logra.
En el centro Vairochana y su consorte Akashadhateshvari
Finalmente, llegamos al centro del mandala y vemos, en su radiante blancura,
a Vairóchana, unido a la nívea Akashadhateshvari (dama soberana
de la esfera del espacio infinito). En el caso de ellos, la naturaleza complementaria
del yab-yum es evidente. Vairóchana (el iluminador) irradia la luz de
la budeidad, pero para que la luz se propague necesita un espacio sobre el
cual hacerlo. En la sabiduría del dharmadatu la luz y la vacuidad bailan
juntos y están unidos en una misma experiencia.