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La aproximación al Tantra 2

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Quinta aproximación
El tantra cataliza la práctica a través de las experiencias más fuertes de la vida

Puesto que el vajrayana percibe al universo como un juego de energía no encuentra razón para rechazar experiencia alguna. Todas las manifestaciones de la energía, por negativas que parezcan, le sirven de combustible. Si vemos las cosas como entidades fijas no nos quedara otra que rechazar algunas experiencias. Si vemos el mundo como energía, en el peor de los casos notaremos que ésta se ha atascado de manera temporal dentro de algún patrón limitante o negativo (o desperdiciado o que se esta drenado). Sin embargo, también veremos en esa energía un recurso, como un potencial al que se puede liberar. Para el dueño de un automóvil el carro chocado ya no sirve y hay que traer a la grúa para que se lo lleve. Para el dueño del depósito de chatarra es un recurso. Sus partes se pueden fundir para fabricar autos nuevos.

Lo negativo no se  extirpa se trasmuta
Es por eso que el Vajrayana trabaja con las emociones negativas de muchas maneras distintas a como lo hace el sutrayana. Mientras lo que hace el Hinayana es utilizar la atención consciente para mantener a raya los sentimientos de avidez y de aversión el Vajrayana acepta esos sentimientos como expresiones de la realidad, igual que cualquier otro sentimiento y los ve como energías poderosas que se pueden transmutar. Es el regocijo que el tantra encuentra en esas energías lo que muchas veces lo ha llevado a ser malinterpretado. Algunos lo han criticado como una mera licencia para caer en la indulgencia ¡y otros lo han utilizado como una mera licencia para caer en la indulgencia! Podemos ver aquí por qué el entrenamiento tántrico se debe construir sobre la experiencia de los otras dos yanas. Es necesario que el practicante tántrico tenga una visión suficientemente clara, además de autodisciplina, para poder jugar con fuego y cabalgar las energías más básicas y poderosas de la psique humana en el camino a la liberación. Si no se ha tenido el suficiente entrenamiento previo esas energías lo tirarán a uno y lo arrastrarán en un rumbo completamente distinto.

El sexo y la muerte
El Vajrayana mira a la vida para ver en donde se encuentran las energías más potentes y luego les pone las riendas. No hay que buscar tan lejos. Pronto nota que donde ejercen su encanto con más fuerza la avidez y la aversión es en las áreas del sexo y la muerte. De modo que emplea imágenes relacionadas con estos dos grandes pilares del samsara (como podríamos llamarlos) para transmutar los tremendos poderes que encierran.

Yab-yum
Al estudiar a los bodhisatvas aprendemos cómo es que al visualizar formas bellas y estéticas hechas de luz se puede lograr un efecto que refine y sublime nuestros impulsos eróticos. Sin embargo, el tantra va más allá de sólo contemplar o, incluso, convertirse en un joven y atractivo bodhisatva hecho de luz. Utiliza imágenes explícitamente sexuales y muestra a los budas unidos a sus hermosas consortes en muy diversas posturas. Estas parejas denominadas yab-yum (una frase tibetana que significa padre-madre) son vistas con particular reverencia por los devotos del Vajrayana, como expresión de la verdad más elevada.

Para poner un ejemplo, ya conocemos la manera en que normalmente se representa a los cinco budas del mandala. No obstante, también es común encontrarlos en ilustraciones donde están sentados, abrazando en unión sexual a sus consortes femeninas. En este caso debemos entender que la pareja yab-yum en realidad es una sola figura, igual que los cuatro budas que se encuentran en torno a Vairóchana son todos aspectos de su sabiduría del dharmadatu. De modo que cuando un buda se halla en forma de yab-yum nos encontramos con una manera de hacer explícitos diversos aspectos de la experiencia de la iluminación que representa ese buda. En una figura yab-yum la mujer representa la sabiduría que hay en la experiencia de la iluminación, por lo cual es común que se refieran a ella como el prajña, la sabiduría, del Buda. El hombre simboliza el método o el medio hábil a través del cual se expresa en el mundo esa sabiduría de manera compasiva.