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Estos cuatro ariculos ofrecen un breve esbozo de la vida y la obra de Nietzsche comparando conceptos centrales: superhombre, autoconquista y voluntad de poder con el budismo, haciendo hincapié en las semejanzas y distiguiendo sus diferencias.
Nietzsche
Nietzsche nació en Alemania en 1844, hijo de un pastor luterano. Su padre
murió en 1849 y Nietzsche pasó el resto de su niñez rodeado
de mujeres: su madre, su hermana, su abuela y dos tías solteras. Después
lo enviaron a un internado. Asistió luego a
las universidades de Bonn y Leipzig, donde estudió filología clásica y se le otorgó la
cátedra de filología en Basle, cuando tenía 24 años.
Ni siquiera se había graduado aún pero fue recomendado por el
eminente investigador y filólogo Ritschl, a quien había impresionado
profundamente el desempeño de Nietzsche como alumno. En Basle, Nietzsche
se interesó especialmente en la filosofía de Schopenhauer y la
música de Wagner. En 1872 publicó su primer libro,
El nacimiento de la tragedia. A éste le siguieron otras obras pero en 1879, cuando
apenas tenía 35 años, renunció a su puesto en la universidad,
terminando así con su trayectoria académica y en lo sucesivo pasó la
mayor parte de su vida activa en Suiza e Italia.
Soledad, enfermedad y muerte
Fue un período de intensa soledad. Lo cierto es que
nadie que lea acerca de los detalles de su dolorosa y aislada existencia
puede evitar conmoverse. Estaba casi completamente solo, a no ser por
uno o dos amigos con quienes se
escribía. Además, su estado de salud no
era bueno y a veces le
sobrevenían dolores insoportables. Siguió escribiendo hasta 1888.
Entre 1883 y 1885 produjo Así hablo Zaratustra pero su obra casi
no tuvo reconocimiento. Cuando salió a la luzeste libro no
se vendieron más que unas cuantas docenas de copias.
Por fin en 1889 Nietzsche enloqueció. El murió en 1900 a
los 55 años, sin que la demencia cediera.
La particular Filosofia de Nietzsche
En cuanto al pensamiento de Nietzsche, la palabra filosofía no
es la más adecuada. Él desarrollo diversas ideas iluminadoras
que ciertamente iban en grupo.
Sin embargo, no era su propósito plantear una interpretación
lógica
consistente de toda la existencia o la experiencia. Sus grandes antecesores
filosoficos, Kant, Hegel, Fichte, Schelling y Schopenhauer, habían intentado,
cada uno, construir una filosofía sistemática, pero Nietzsche
no era un elaborador de sistemas. No aspiraba a erigir un gigantesco
y solitario edificio de pensamiento en el que todo pudiera acomodarse. En
realidad insistía
en la paradoja iconoclasta de que:
“la voluntad de sistematizar es la voluntad que se padece cuando no hay
integridad”
Maestro de los aforismos y William Blake
Por lo tanto, a excepción del Nacimiento de la tragedia y Así hablo
Zaratustra, todas las obras posteriores de Nietzsche son lineas de aforismos.
Podría decirse que es el maestro del aforismo. Ningún
otro parece haber sido capaz de decir tanto en tan pocas palabras. Quizá
su único rival sea William Blake con “Los proverbios del
infierno”, de "El matrimonio del cielo y el infierno" y aquí quizá Blake
sea aun más agudo que el mismo Nietzsche, pero Blake no hizo más
intentos por expresarse de esa forma.
Devastador y brillante
Nietzsche cada vez era más aforístico y brillante, devastador
e iconoclasta y sus pronunciamientos eran cada vez más como un relámpago
o un golpe de mazo.
El enfoque aforístico y no sistemático de Nietzsche no
es accidental.
Es aforístico porque así lo ha elegido. De hecho, tal
es la esencia de su método. Algunos de sus aforismos tienen un poco el
espíritu
de los dichos de los maestros Zen de China y Japón. Cada uno
de ellos penetra en lo más hondo de la realidad de la existencia desde
un punto de vista en particular y brilla por meritos propios.
La verdad de un aforismo no depende de la verdad de otro. No hay una conexión
lógica entre ellos.
Función de sus aforismos
Una vez el poeta Ingles Coleridge dijo acerca del gran actor Charles Kean: “Verlo
actuar es como leer a Shakespeare a través de destellos de relámpagos”.
De igual modo, leer a Nietzsche es como tratar de integrar
el paisaje de la existencia humana, mediante la luz intermitente, pero brillante,
de los relámpagos. Por un instante, en unas
cuantas palabras, es como si todo se inundara de luz y pudiéramos verlo
claro desde un ángulo
en particular. Después, la oscuridad absoluta. Luego leemos otro aforismo
y llega un nuevo destello desde otro punto que ilumina otro cuadrante, de
forma que todo se revela una vez más, antes de que la oscuridad
descienda nuevamente.
Difíciles de exponer de manera sistematica
Es como cuando los destellos de
los relámpagos nos muestran diferentes partes del paisaje.
En cierto nivel sabemos que son el mismo paisaje pero resulta difícil
armar las piezas de estos distintos vistazos que se
revelaron y formar una sola composición visual
coherente que lo integre todo. Lo mismo podemos decir de los textos de Nietzsche. Son
una lectura inspiradora pero en realidad son muy difíciles de exponer
de manera sistemática.
Sin embargo, lo que esto quiere decir es que podemos considerar los
aforismos de Nietzsche de forma individual, sin relacionarlos necesariamente
con el resto de su obra.
Los aforismos que revisaremos en los siguientes capítulo son
los que se refieren a su idea del superhombre, la conquista de uno mismo
y la Voluntad del Poder”.
Sangharáshita
Primero de cuatro articulos continua:
El superhombre y asi hablo saratustra
Conquista de uno mismo y Voluntad de poder
Semejanzas y diferencias entre el pensamiento de Nietzsche y el Budismo